23.2.16

Pasito a pasito


Una cuestión personal, social y política.

La maternidad trasciende los muros del hogar, sitúa a la madre en una encrucijada entre lo personal y lo laboral.

¿Lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y alimentación complementaria hasta el año?, sí, para aquellas familias que se lo pueden permitir cómodamente en lo que a lo económico se refiere o, para aquellas más aventureras y arriesgadas que aprietan el cinturón hasta límites insospechados y tiran y tiran de los apoyos (si los hay) para poder llegar a fin de mes sin perder demasiado peso.

¿Madres entregadas, felices  y relajadas para criar niñas y niños sanos?, sí, el ideal. ¿Padres conscientes que dan soporte a la lactancia y surfean el maremoto hormonal de sus compañeras a la par?... ¡¡¡¿cómo?, si están todo el día fuera de casa trabajando!!!

Los libros, los cursos e ideales forjados son maravillosos, pero la praxis nos muestra una realidad agotadora, dura y frustrante las más de las veces. Y qué decir de que no me considero una madre o una profesional frustrada, ¡no, por fortuna me siento bastante satisfecha con mis elecciones!, pero si es cierto que esta sociedad enfocada aún a la competitividad, al tener tener tener para ser, etc... es frustrante. Prima el desapego, el materialismo y las prisas. ¡Cómo pretenden que nuestros bebés crezcan felices en un lugar en el que se tiene prisa para vestirles, prisa para salir de paseo porque se acaba la hora de descanso, prisa para que se duerma para poder hacer.... prisas prisas prisas!

Tienen una molestia... dale apiretal
Está inquieta... dale apiretal
No te deja un minuto para tí... ponle la tele


Compatibilizar la vida personal con la laboral incluso sin ser padre o madre en ocasiones es complejo, pues nuestros intereses personales pueden ser incompatibles con ciertos trabajos, pero cuando tratamos ya el tema de la maternidad y la paternidad, la situación se muestra aún mucho más complicada. La balanza se desestabiliza, comienzan los malabares y las contorsiones para llegar a ese preciado equilibrio en el que la triada, mamá-bebé-papá llegan al final del día felices y sanos, con ganas de compartir los sueños en un mismo lecho, sin reproches por las ausencias.

...Continuará



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