9.6.16

Ser madre

Hace algunos años me decía una amiga "ser madre está sobrevalorado", ahora que yo también lo soy, siento que lo que ocurre  es todo lo contrario, más bien no se valora la maternidad, no se valora a la mujer, no se valora ni se respeta la vida en general; ni a nivel personal, es decir, cada persona a sí misma, ni a nivel general, los unos a los otros/as, ni a la Naturaleza misma, nuestro hogar, nuestro único cobijo y alimento.

En esta parte del Mundo en la que vivo, a mí me parece que la maternidad se vive mayoritariamente desde la sombra, la soledad y la frustración. Esta descripción es dura, pero es lo que he ido descubriendo en estos dos últimos años, no tendría por qué ser así, pero ocurre que nuestra sociedad sigue siendo predominantemente machista, materialista, competitiva y artificial..... centrada en el "hombre duro", "la mujer masculinizada", "la super woman que todo lo hace y todo lo puede sola, sin quejas ni poner malas caras..."; la rapidez..... Una sociedad en la que otras mujeres te dicen "aguanta, que todavía no ha llegado lo peor", porque siempre hay algo peor que el momento que se está pasando, dicen. Donde otras que ya hace tiempo son madres te ven, me ven y se ven a ellas mismas agotadas, nerviosas y medio perdidas en esas imágenes que les vuelven del pasado, y se dicen a sí mismas "si yo pude, ella puede, así que mejor que se busque la  vida sola que si la apoyo o le ayudo se lo pondré demasiado fácil", porque tristemente existen estos casos, casos en los que otras que sufrieron no son capaces de tender la mano, sino más bien la quitan, porque ellas también sufrieron y a ellas tampoco las ayudaron. A eso sumamos que estamos, o creo estar, en un  contexto sociocultural en el que se mira por encima del hombro a quien vive cercana al instinto maternal, no digamos a quienes de veras han logrado sambullirse al 100% en él, en el institinto digo, en la naturaleza misma, sin dejarse arrastrar por la mente, las normas, los deberes... las apariencias. 

Y resulta que ni las prisas, ni la competencia, ni la dureza van de la mano con la maternidad respetuosa, no, no  son parte de la naturaleza.


Hombre duro y mujer dura. Bebé silencioso, bebé quieto, bebé impoluto. Mujer sola, hombre ausente, niñez encarcelada.

Prisas para incorporarse al trabajo "se es mejor mujer si te incorporas al tercer día de dar a luz". Horrorizada me quedé cuando alguien me confesó con gran entusiasmo que ella se incorporó junto con su hija a los pocos días de traerla al mundo. "¡¿Por qué?!" , estas palabras casi salen como grito desde mi vientre, pero me contuve. Para mí  no es muestra de orgullo, más bien es una putada para su hija, a quien no le ha permitido ni tan siquiera descansar; no hablemos de su propio descanso, de la recuperación física, del restablecimiento de la normalidad en su cuerpo que necesita como mínimo un año para que vuelvan órganos...etc., a su lugar. No hablemos de los vaivenes hormonales, de la falta de sueño, de la imposición de ritmos ajenos a la naturaleza de la díada mamá-bebé.

Mejor no hablar y seguir escribiendo. :)

Desde luego que cada persona es libre de hacer lo que le plazca, pero ocurre que la ignorancia es muy atrevida y que el desconocimiento puede traer tragedias, y sí, para mí es una tragedia, una verdadera catástrofe que sigamos criando seres humanos desde la frialdad, negándoles sus seis meses de lactancia exclusiva, de lactancia feliz y relajada, negándoles la tranquilidad de ser mecidos por los brazos de una madre tranquila (tranquila por saberse sostenida, tranquila porque confía en que tendrá todo aquello que necesita para alimentarse y alimentar a su pequeño o pequeña). Tranquilidad para llegar al deseado destete natural, allá por los dos años parece que se suele dar.

He escuchado de todo, hasta que el traer niños/as es cosa de gente con dinero, que es mejor no ser madre/padre si no hay unos miles de euros en una cuenta corriente, o si no se es de una familia adinerada, en fin, que de opiniones está el Planeta lleno. Yo lo que creo es que en este momento histórico es muy complejo ser madre/padre, porque supone un gran sacrificio y no me refiero a la falta de sueño, ni a los cambios que hay que hacer en una misma/o para estar a la altura de las exigencias de nuestros retoños. Es muy sacrificado porque la familia esté o no en la casa de al lado no están en la de una, sino más bien andan ocupados/as, las amistades un tanto de lo mismo, y claro, pedir favores un día, o dos... pero todos los días está feo, y además cansa. 

Y plantéate como madre/padre ¿qué es para mí una crianza respetuosa?, ¿qué opina tu pareja?. Muchas veces en las palabras se intuyen acuerdos, planes comunes, pero en las formas las realidades chocan y hay que crear desde cero ese plan de convivencia, esas nuevas normas comunes, ese método no escrito. ¿Y si resulta que se quiere respetar la naturaleza mamífera y se quiere criar de la manera más sana física, mental y emocionalmente?. Hay barreras que sortear, saltar o derribar según se quiera, muchas. 

Y bueno, que ser madre es maravilloso, gratificante, hermoso y duro a ratos.


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