21.11.18

Conexión Vientre Corazón



Les invito a participar en la Semana de Conexión Vientre Corazón que nos ofrece Danza a Pórter  en modalidad online. Aunque comenzó hace unos días aún estás a tiempo de acceder al contenido y practicar los ejercicios.

Para mí la experiencia está siendo muy inspiradora, y está trayendo al presente textos, imágenes, y ejercicios de gran calado. Espero que te animes y lo disfrutes.

Toda la información en https://semanadeconexion.danzaaporter.com/ 


14.11.18

Inercia

¿Te dejas llevar por la inercia o te permites  ser quien verdaderamente eres?; ¿te sientes como un robot, actuando de manera automática, sin plantearte cuestiones sobre tu vida cotidiana, tus hábitos?

¿Te planteas el para qué de lo que te ocurre y tomas decisiones sobre ello, o te dejas llevar por los acontecimientos sin más?

Bratislava. 
No puedo escribir de normas, leyes, generalidades... puedo escribir de lo vivido, de lo que siento, creo, pienso en este momento de mi vida, que quizás no sea lo mismo que pensaré, creeré... en un futuro. 

Comparto porque compartir es vivir, y porque escribiendo sano, me sano y quizás alguien se sienta "tocado/a" por mis palabras como yo me sentí con las de otras personas, palabras de esas que "hacen click" en nuestro interior y nos abre a un mundo nuevo de posibilidades infinitas, o cuanto menos que nos conectan con algo que andaba perdido en los mares internos. 

Eso es lo que hay en este blog, artículos espontáneos la mayoría de ellos, basado en mi sentir, con algunos de ellos aún me siento identificada, con otros no, pues son parte de lo que era y ya dejé de ser. 

Hoy, me siento inspirada a escribir de nuevo, con calma, con profundidad, desde el corazón, y públicamente, no siempre he hecho público lo que escribo, sobre todo me he reservado para mí y a veces también para mis círculos de confianza más próximos algunos de los escritos más intensos, más transformadores. 


Hoy pretendo retomar el hábito de escribir, de abrirme a la vida, al mundo, sin miedo, compartiendo como muestra de agradecimiento y reconocimiento a la verdad individual, a la mía propia y a la de todas las personas que nos atrevemos a salir de nuestro caparazón y mostrarnos humanas ante el mundo, simplemente por compartir, por crecer juntas, todas las personas. 

Retomando el tema que me late hoy, ¿inercia o elección consciente?. 

Quiero contar que a lo largo de mi vida he experimentado situaciones muy complejas, desde la más tierna edad, y en muchísimas ocasiones me he preguntado qué sentido tenía seguir viva, la tristeza me ahogaba por momentos, ya desde los 7 años, incluso antes. Fui fuerte, muy fuerte, y salí adelante, a veces "pisando" a quienes se entrometían en mi camino, y no de manera consciente (lo siento, ustedes). Pura inercia, puro automatismo aprendido. Otras muchas veces destruyéndome a mí misma, consciente e inconscientemente. Pura inercia. Ahora, con 33 años, madre de un hermoso ser de tres,  y en plena crisis evolutiva, me pregunto nuevamente, ¿estoy viviendo o sobreviviendo?, ¿quiero vivir o quiero sobrevivir?;  y mi respuesta es VIVIR, sí, con mayúsculas, aunque al sistema no le guste, aunque lo pongan difícil, aunque todo lo aprendido en años de repetición automática de patrones inconscientes tire de mí hacia la mera inercia, QUIERO VIVIR, ELIJO VIVIR, y con ello mando a la mierda a todos los que intentan que me mantenga sometida al camino que otros que ni conozco quieren para mí.

Parece que "ser" es un problema (ser tu mismo/a, no una mera réplica de nuestros ancestros), no digamos ser madre con todo lo que ello conlleva; criar con apego, atender con amor, desquiciarse en el  camino... yo me perdí en la díada mamá- bebé. Nada de lo anterior es productivo, pues claro que no es productivo, yo no quiero producir, quiero sentir y dejarme llevar por lo que mi cuerpo me pide, estar para mi hija y satisfacer las necesidades que como madre requiere que satisfaga; quise darle todo mi ser a mi hija, y lo hice, y ahora me toca volver a mi centro, pues quizás me perdí más de lo saludable, quizás me olvidé totalmente de mí porque nadie me enseñó a cuidarme, porque no tuve modelos cercanos en mi infancia de personas que recordaran que para dar y vivir plenamente,  el primer paso es cuidarse a sí misma, así mismo. Ahora sigo siendo para ella, aunque antes soy para mí. 

Porque por más luchas en las que una participe, por más asociacionismo, por más reivindicaciones sociales, por más movimientos alter, sub..under... por más esfuerzo que uno ponga fuera de sí, si no se pone el mismo en la propia persona, si no hay equilibrio, sirve de bien poco. Para mí la verdadera revolución, la verdadera aportación al mundo, al otro y a las generaciones futuras, no es hacer un voluntariado, trabajar en causas sociales, etc., para mí, la verdadera revolución, el verdadero cambio está en mirarse una bien adentro y permitirse soltar toda la mierda que traemos, aceptar lo que hemos sido y elegir cómo queremos ser y hacer con lo que cargamos en nuestro interior, y responder a la vida con vida, con amor, y no con resentimiento y odio. Y al tiempo de darme también dar al otro, dar a la sociedad lo mejor de nosotras, personas en el camino de la liberación de patrones nefastos que no generan más que destrucción, represión, ira, miedo.

Elegir vivir no es sencillo, pues supone decir no a muchas "oportunidades fantasma", estar fuera del mercado laboral en áreas en las que se hace incompatible el propop ritmo con el trabajo mecánico y vacío de contenido que muchas personas desempeñan. Además de ello, volviendo a la maternidad, yo elijo vivir, y vivir siendo madre presente. Elegir vivir supone estar consciente, estar presente e intentar ser coherente con los principios de una, saber que nos caeremos, que erraremos y que nos volveremos a levantar, que podemos volver a intentar lograr aquello que queremos alcanzar, a probar nuevos caminos, nuevas maneras... En este mundo en el que la titulítis sigue siendo la moda, en el que la historia del facebook y la foto de turno en instagram son la carta de presentación... no es sencillo integrarse estando presente en el presente y pasando por alto al ego y las máscaras para con los otros. 

No creo que elegir vivir sea estar fuera del sistema, porque el sistema, el gran sistema, está compuesto por infinidad de subsistemas, es decir, no veo lucha, veo aceptación de que todo es válido para quien así elige reproducir o hacer, y que individualmente podemos elegir si participar de aquello que nos encontramos. Siempre hay elección, por duras que puedan ser las consecuencias, y de todo aprendemos, eso lo tengo bien claro.  Se puede convivir aunque no se compartan las formas, y ni tan siquiera los objetivos. Es cuestión de caminar el propio sendero, de crearlo e ir cambiando de dirección cuando se muestren experiencias con las que no se resuene. 

Persona, madre, y con un título.

Soy educadora social, se espera de mí como profesional que sea una persona dada al otro, activa socialmente, involucrada en multitud de causas con y sin sentido.... , en las entrevistas de trabajo, en muchas, esperan de mí que acepte un horario rotativo en turnos de mañana, tarde, noche o fines de semana intensivos. ¡Gracias!, pero no quiero poder establecer rutinas para mí, y además quiero estar con mi hija, acompañarla en su vida de manera estable, armoniosa, no quiero dejar a mi hija sin mi presencia para hacerme cargo de otros niños/as, eso lo viví en mi propia piel, y resultó tan dañino, que casi acabo yo también siendo una niña en un piso tutelado. No ocurrió así, pero tuve todas las papeletas para estar en alguno. No podemos cuidar al otro si no nos cuidamos nosotros, y tampoco podemos ejercer una maternidad sana, o una paternidad respetuosa si estamos dándo a otros lo que se necesita en casa. Porque luego se llegará a la casa con tal cansancio, con tantas ganas de desconectar, con tantas necesidades no cubiertas que no podremos estar para quienes están bajo nuestra responsabilidad. Obviamente, esto es mi visión, sin más, me lo enseñó la experiencia de ser niña con una madre ausente, de ser educadora en pisos tutelados, lo aprendí siendo madre, y me lo recuerdo cada vez que echo un CV o me llaman para alguna entrevista. 

A veces me enfado tanto, que necesito gritar, gritar y gritar y luego llorar, llorar,  y patalear. ¿Por qué nos lo ponen tan difícil?, y por qué especialmente a las madres no se les permite simplemente ser madres y se nos sostiene socialmente en esos momentos en los que necesitamos sostén, para nosotras poder sostener.  Hay muchas que no quieren ese sostén, que quieren dejar a sus bebés en otros brazos, no dar el pecho y seguir adelante con sus carreras profesionales, ok, genial, pero eso tiene consecuencias demostradas en el desarrollo de la persona, de la humanidad. Si lo quieren hacer que lo hagan, aunque creo que deberían elegir estando informadas, conociendo de antemano la importancia del contacto materno, de la presencia de la madre en los tres primeros años de vida, de la lactancia materna a demanda y a término, ... hay tanto desconocimiento, hay tanta ignorancia sobre nuestro propio cuerpo, sobre nuestra propia persona, sobre los bebés y sus necesidades reales, más allá de la mera alimentación y el cambio de pañales. Hay quienes quisimos trabajar desde casa y no lo logramos, quienes quisimos retomar estudios y los abandonamos entre tetadas nocturnas y despertares tempranos. ¡Dónde está el sentido común que apoya a las madres!, a las bases de esta sociedad, para que verdaderamente podamos crear una sociedad sana y no lleno de personas que actúan por inercia arrastrando las carencias desde sus primeros días de vida y sobreviviendo porque no han tenido muestras de cómo vivir plenamente. Somos seres gregarios, necesitamos del otro para desarrollarnos, aprendemos de los otros, por imitación desde que estamos en el útero de nuestra madre, no podemos hacer lo que no hemos sentido, experimentado, visto, ... por tanto, nosotros los adultos, que tenemos la capacidad de hacer más allá de lo imitativo ¿por qué no nos decidimos por vivir nuestras vidas desde ese ser genuino que somos? Se valiente, ten coraje y abandona la inercia, no es fácil, pero si verdaderamente liberador y gozoso. Y yo, sólo estoy comenzando en este camino, ¡sé que lo que vendrá será aún mejor!. 

Me sé multitud de respuestas a las preguntas que planteo, aún así, me apetecía plantearlas aquí, porque este blog además de ser una herramienta de desahogo, de alguna manera es mi carta de presentación en las empresas, porque ahora todo está en las redes, todo se mira y se cuestiona, y me enfada tener que esconder en una entrevista de trabajo quien soy, y  que soy madre, y que mi prioridad es mi hija, y que lo que quiero es vivir y no sobrevivir con un sueldo de mierda para pagar un alquiler abusivo y comer marca blanca transgénica porque no llegue a más. 


Mi sueño era aportar lo mejor de mi al mundo, era mi deseo, ser una persona influyente en el buen sentido de la palabra, motivadora, inspiradora de cambios, y sé que en algunos momentos, en algunas personas que me he encontrado entre senderos, ha sido así, algunas me lo expresaron, por mi mero compartir-me. Ahora tengo un nuevo sueño, es mantenerme en mí, es no volver a violar yo misma mis propios derechos, es respetar mi cuerpo, mis ritmos, mis necesidades y no abandonarme para darme a las demás personas, es recordarme siempre que elijo vivir, elijo sentir la vida y estar presente, en la realidad física y no en mundos de fantasías evadiendo mi responsabilidad sobre mí misma. Mi sueño es tener la fortaleza necesaria para transformar esa realidad cuando sienta que es transformable, sabiendo en todo momento qué camino es el más sano para mí y para mi familia, el más satisfactorio, el camino del corazón. 

MATERNIDAD, MATERNIDAD....MATERNIDAAAAAAAAAAAD



Cuando llegué a la maternidad agradecí toda la información que me llegó de golpe, agradecí las bofetadas de realidad que recibí, pues ellas me hicieron crecer, y mi hija, con toda su inocencia y el amor más puro que jamás pude imaginar , me ha ido mostrando mis errores, mis creencias equivocadas, mis debilidades, y también mis fortalezas. Me ayuda a darme cuenta de cuándo estoy en inercia, ausente, evadiéndome... 

En el estado de trance inicial tras el parto aluciné con la demanda del bebé, flipé con las exigencias sociales, y las directrices de matronas, enfermeras, etc. Me perdí en un mar de llantos porque no tenía ni idea de lo que era estar con un bebé, no conocía mi cuerpo para saber qué hacer ante tales altibajos hormonales, ante las caídas empicado de mis emociones, ante las noches, semanas, meses y años, casi sin dormir más de tres horas seguidas. Agradezco todo eso, porque ahora veo la realidad desde otro prisma distinto, y retomando los sueños, he soñado un nuevo sueño, he soñado y sueño despierta con aportar con mi vida, un granito de arena a la humanización de este planeta. Porque estamos desnaturalizados en esta parte del mundo, y tristemente en otras muchas, estamos muy alejados de nuestra esencia, de nuestro ser, de nuestras emociones, y me pregunto cómo generar espacios de encuentro significativos, cómo fomentar relaciones sanas, sociedades pacíficas si no somos capaces de sentirnos a nosotras/os mismas ni de satisfacer nuestras propias necesidades. Y mi única manera es aportar siendo yo misma, respetando mis necesidades, acompañando a mi hija de la manera que creo, y relacionándome con el mundo desde la honestidad de quien verdaderamente soy. Mujer, madre, hija, amiga, compañera....siempre aprendiendo y desaprendiendo.

Un día soñé con escribir desde el corazón públicamente, sin caer en victimismos ni ataques sin sentido, y hoy comencé a hacerlo, rompiendo las barreras del miedo, del qué dirán y mandando de nuevo a tomar por saco a quienes se aventuran a criticar la vida que no se han permitido vivir en sí mismos. 



Cuentos por la diversidad

¡Cuántas ganas tenía de poder contarlo! Hace tiempo que comencé a magullar una idea, llevo meses buscando entre libros y en los archivos de ...