Las personas por ignorancia o por negación de las emociones, propias y ajenas, podemos llegar a ser muy crueles, llegamos incluso a creernos superiores a otras, y podemos incluso por este motivo hacer que las demás sientan nuestra superioridad a través de actos de sometimiento. Superioridad que realmente esconde falta de autoestima, de amor propio, conflicto, miedos...
Las personas también podemos llegar a ser muy sabias y compasivas, podemos amarnos y respetarnos a nosotras mismas y darnos cuenta de que nuestra vida es mucho más satisfactoria cuando obramos de esta manera con nostras, y también con el resto de personas que circundan este mundo, nuestro y su mundo.
Todas somos raras, extrañas, diferentes para el resto. Tendemos a desarrollar nuestra vida con personas que se parecen mucho a nosotras, es normal, pero nos perdemos las riquezas que aporta las diferencias, se nos olvida que no podemos aprender siempre leyendo el mismo libro. Si no cambiamos de historia siempre seguiremos repitiendo una y otra vez la aventura de Caperucita Roja y el Lobo feroz, pero no conoceremos otros paisajes y experiencias. Ésto es lo que nos pasa con la vida, si siempre quedamos con Pepe y con Juan para tomar un café en el Bar de la Esquina nos perderemos los aromas de otras cafeterías, habremos desperdiciado la oportunidad de quedar con otras personas, de conocer a otros.
Si negamos la riqueza de las diferencias siempre nos encontraremos en el mismo lugar.
La película que les invito a ver en esta ocasión nos muestra cómo de crueles podemos ser los seres humanos entre nosotros, y cuán maravilloso es arriesgarse a vivir la diferencia y atrevernos a superar nuestras propias limitaciones para enriquecer nuestra vida.
Ben X es una película que llega a los corazones de modo inmediato y creo que aunque está enfocada en el Autismo todas nosotras nos podremos ver reflejadas de algún modo en las experiencias que Ben tiene a lo largo de su vida. Todas nosotras hemos sufrido en algún momento la burla, el desprecio, el insulto... de un viejo o vieja compañera de clase; la incomprensión por parte de algunos de nuestros mayores (padres, tíos... profesoras/es, etc.), la soledad, el dolor, el miedo, el deseo de desaparecer porque creemos que no hay lugar para nosotras.
Ben es todo un ejemplo de superación, de intento, de fuerza, tenacidad y éxito.
Les invito pues a que tomen asiento y disfruten de esta maravillosa película que aunque por momentos remueve en los lodos de la imperfección humana, nos regala un ejemplo de amor propio y rotundo éxito.
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