Hace poco más de un año, alguien me preguntaba que por qué no me inscribía en una página que se llamaba (entendí yo) cut surfin. Por curiosa, descubrí una comunidad internacional, COUCH SURFING. Un grupo de personas de casi todas las edades y nacionalidades, que abren las puertas de su casa a viajeras y viajeros del Mundo.
Un rincón en internet, que además de facilitar el viaje a quienes andan en ruta, permite a quienes tenemos temporadas de sedentarismo, seguir viajando desde nuestras casas.
Recibir a gentes del mundo, de cualquier rincón, con cualquier idioma, me ha permitido viajar a países en los que aún no he estado.
He visitado Bélgica, Francia, Eslovaquia, Ucrania, Venezuela, ... y quién sabe cuántos países más se me escapan.
Pero no sólo he viajado a través de historias, de saborear sus tradiciones gastronómicas, de la música, etc., sino que también me ha permitido crecer como persona. Cada vez que recibo a gente en casa, me siento más libre, más cercana a la esencia del ser humano, más noble; y sobre todo, más en paz conmigo, porque dar sin esperar me ayuda a ser mejor conmigo misma.
Lo comparto con ustedes porque creo que es una linda oportunidad de crecer, de acercarnos a nuevos rincones del Planeta, y adentrarnos en los corazones de otras personas a las que de otro modo jamás conoceríamos.
Gentes que van y vienen, que nos ofrecen su compañía, sus palabras, su calidez a cambio de algo, que nos cuesta poco o nada.
Un rincón en internet, que además de facilitar el viaje a quienes andan en ruta, permite a quienes tenemos temporadas de sedentarismo, seguir viajando desde nuestras casas.
Recibir a gentes del mundo, de cualquier rincón, con cualquier idioma, me ha permitido viajar a países en los que aún no he estado.
He visitado Bélgica, Francia, Eslovaquia, Ucrania, Venezuela, ... y quién sabe cuántos países más se me escapan.
Pero no sólo he viajado a través de historias, de saborear sus tradiciones gastronómicas, de la música, etc., sino que también me ha permitido crecer como persona. Cada vez que recibo a gente en casa, me siento más libre, más cercana a la esencia del ser humano, más noble; y sobre todo, más en paz conmigo, porque dar sin esperar me ayuda a ser mejor conmigo misma.
Lo comparto con ustedes porque creo que es una linda oportunidad de crecer, de acercarnos a nuevos rincones del Planeta, y adentrarnos en los corazones de otras personas a las que de otro modo jamás conoceríamos.
Gentes que van y vienen, que nos ofrecen su compañía, sus palabras, su calidez a cambio de algo, que nos cuesta poco o nada.
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| Brindis por Eslovaquia |
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