Me miro al espejo para recordarme, para reencontrarme, pues ando perdida.
Pasa el tiempo y las imágenes se vuelven más borrosas en mi mente,
de nuevo recurro al espejo, a las fotos, a la memoria escrita; para decirme,
para gritarme "estás, estás, solo tienes que mirarte, sólo tienes que querer verte",
me hablo como si fuera otra persona, me dirijo a mí misma desde otra posición, fuera de mí.
Me sorprendo hablándole a ella sobre mí tal si le hablara de otro ser,
me encuentro, me reencuentro y me vuelvo a perder.
Así es, así describen los libros el puerperio, así cuentan quienes se atreven a nombrarlo, así es el desdoble, la confusión, la pérdida de identidad, el dolor por lo que se deja y el miedo y las resistencias a lo que es. Porque ya no se es lo que se era, y tampoco se sabe lo que hay pues es un pasaje, una prueba, nada definitivo... pero pronto llegará, habrá claridad, se definirán los contornos y veré, veremos a ese nuevo ser que nace aún más tarde de lo que nace a quien se ha parido.
Es tanto el dolor por el desencuentro con el otro, es tal el desgarro por las ilusiones rotas, es tan grande la presión social por ser aquella que no se es... o se es fuerte o te comen, te lapidan con palabras atrevidas e ignorantes, te intentan humillar desprestigiando lo que haces, lo que dices, lo que crees.. porque resulta que todos saben menos quien lo vive, "o eso dicen".
Pasa el tiempo y me voy reencontrando en el silencio de las madrugadas, cuando todos duermen. Pasa el tiempo y me voy atreviendo a mirarme y reencontrarme con ese yo desnudo ante el espejo. Miro las huellas del pasado y hago por aceptarlas sin más, despidiéndome de lo que fue para recibir a pleno corazón lo que es.
Pasa el tiempo y las imágenes se vuelven más borrosas en mi mente,
de nuevo recurro al espejo, a las fotos, a la memoria escrita; para decirme,
para gritarme "estás, estás, solo tienes que mirarte, sólo tienes que querer verte",
me hablo como si fuera otra persona, me dirijo a mí misma desde otra posición, fuera de mí.
Me sorprendo hablándole a ella sobre mí tal si le hablara de otro ser,
me encuentro, me reencuentro y me vuelvo a perder.
Así es, así describen los libros el puerperio, así cuentan quienes se atreven a nombrarlo, así es el desdoble, la confusión, la pérdida de identidad, el dolor por lo que se deja y el miedo y las resistencias a lo que es. Porque ya no se es lo que se era, y tampoco se sabe lo que hay pues es un pasaje, una prueba, nada definitivo... pero pronto llegará, habrá claridad, se definirán los contornos y veré, veremos a ese nuevo ser que nace aún más tarde de lo que nace a quien se ha parido.
Es tanto el dolor por el desencuentro con el otro, es tal el desgarro por las ilusiones rotas, es tan grande la presión social por ser aquella que no se es... o se es fuerte o te comen, te lapidan con palabras atrevidas e ignorantes, te intentan humillar desprestigiando lo que haces, lo que dices, lo que crees.. porque resulta que todos saben menos quien lo vive, "o eso dicen".
Pasa el tiempo y me voy reencontrando en el silencio de las madrugadas, cuando todos duermen. Pasa el tiempo y me voy atreviendo a mirarme y reencontrarme con ese yo desnudo ante el espejo. Miro las huellas del pasado y hago por aceptarlas sin más, despidiéndome de lo que fue para recibir a pleno corazón lo que es.
T.A.A
(Septiembre 2015)