26.2.14

Cuento: La Rana

Un grupo de ranas viajaba felizmente por el bosque cuando de repente dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo,  y al  ver cuán profundo era éste le dijeron a sus dos compañeras que para ser prácticas era mejor que se dieran por muertas, pues jamás lograrían salir de allí.



Las dos ranas no hicieron caso de los comentarios de sus amigas y siguieron saltando tratando de salir del hoyo, sin embargo sus amigas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente una de las ranas prestó atención a lo que sus amigas desde lo alto le gritaban y se rindió. Al poco rato yacía muerta en el fondo.

La otra rana continuó saltando tan fuerte como podía, sus amigas no paraban de gritarle que se rindiera, que dejara de sufrir, que se permitiera descansar, le hacían señas para convencerla de que tenía que dejar de seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerza, hasta que en uno de esos saltos logró alcanzar a sus amigas y salir del hoyo.

El grupo de ranas sintió alegría y también culpabilidad por haberla animado a desistir, pidieron perdón por haber sido tan malas amigas y no haber sido de ayuda y felicitaron a la superviviente por su gran empeño y por  no dejarse influenciar por lo que ellas desde su ignorancia decían.

Yo pensé que me estaban dando ánimos con tanto gesto, estoy medio sorda y jamás se me ocurrió que de sus bocas  saliera otra cosa más que palabras de ánimo y aliento. Por eso no me rendí, porque creí contar con su apoyo y eso me dio fuerzas para seguir adelante.






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