Cuando escuché este sonido por primera vez creí de pronto haber subido unos metros del suelo, corría el mes de noviembre y el parque de Santa Catalina rebozaba gente por todas sus vertientes. Los puestos de artesanías, la hilera de stands proclamando derechos, recogiendo firmas, sensibilizándo a la población en temas ambientales, interculturales, pacifistas... La celebración del WOMAD era mucho más que fiesta, era un encuentro entre esas amistades que viven en las otras Islas, un acercamiento intercultural, una oportunidad magnífica para conocer lo desconocido, para hablar, danzar y probar nuevas palabras, nuevos ritmos.
En el momento en el que esuché el sonido del hang quedó grabada en mi mente la imagen de aquel chico, que en medio de la noche en un parque repleto de gente sonriente se deleitaba tocando este instrumento de sonidos hipnóticos.
Aunque mi imaginación marcaba un origen medieval para este preciado instrumento, la realidad es que fue creado en el año 2000 en Suiza, como resultado de una investigación científica de acero e instrumentos musicales como el Gong.
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