28.12.13

Foto 2: Antonio Padrón

Jardín de la Casa Museo Antonio Padrón, Gáldar. Islas Canarias. 2013

En cada pueblo, ciudad, llanura; lugar al fin y al cabo, podemos encontrar un rincón que nos de paz, que nos inspire, que mágicamente nos devuelva a nuestro centro.

El jardín de la Casa Museo Antonio Padrón, de la localidad de Gáldar, al norte de Gran Canaria (Islas Canarias), es un de esos lugares que a mí, especialmente me aporta belleza, alegría y sosiego.

La variedad de plantas y flores, siempre verdes, llenas de vitalidad y desbordantes de belleza, así como el sonido de la pequeña fuente central de dicho espacio me embelesan. Es un rincón para estar en silencio, no  caben en él los ruidos mentales, sólo tienen cabida pensamientos inspiradores y melodías internas que lleven al gozo. Todo lo demás desaparece al tocar la suela de nuestros zapatos el suelo empedrado del recinto. Es pequeño físicamente, pero infinito el potencial inspirador que contiene.

Plataneras, palmeras, bambú y otras tantas plantas. Gatas y gatos merodean siempre el jardín y el patio. Es un rinconcito que en ocasiones parece desierto, pero que reboza vida. Cientos de visitas mensuales dan fe de ello.

La obra del Pintor galdense es además maravillosa, a mí personalmente me impresiona, contiene cada una de sus pinturas y otras obras,  parte importante de nuestra historia e idiosincracia. Además puedes observar sus cuadros y no ver nada relacionado con el ahora; puedes cerrar los ojos y recordar aquella visita al campo, a la zona de pescadores, el paseo por el mercado, la señora de las sardinas, el estelero que curó te curó una torcedura, o el remedio casero de la tía, al  abrir los párpados encontrarás en el presente las reminiscencias del pasado, y comprenderás entonces que Antonio Padrón también pintó sobre el presente, lo que para él supuso el futuro. Expresionista, plasmó la vida, las costumbres de su pueblo. Indigenista, por resaltar los valores pictóricos del arte autóctono, empleando para ello una variada gama de ocres y rojos, tonos cálidos que unen los cuadros con la tierra en la que fueron pintados.

Cada vez que estoy en mi pueblo natal hago una visita semanal como mínimo al recinto, es uno de esos lugares que estando en el extranjero se extrañan, da magua recrear las sensaciones experimentadas en sus jardines, o recordar las diferentes ocasiones y personas con las que he visitado el espacio.

Cada una de mis amistades foráneas, gentes venidas de Alemania, Estonia, América Latina, Eslovaquia, Francia, y un largo etcétera, ha ido conmigo a  la Casa Museo y se ha deleitado con la magia de su jardín y el contenido de sus cuadros. Se han acercado un poquito más a la comprensión de aquello que es Canarias.


*** Pueden encontrar más información sobre Antonio Padrón en la web de su Casa Museo (pincha sobre el siguiente enlace) Casa Museo Antonio Padrón

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